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domingo, 23 de agosto de 2015

ONLY EL PINGÜINO: NO ES MALO SER DIFERENTE

Desde que el huevo se abrió, hacía ya una semana, Only era uno de los animales más felices del zoo. Ito el gansito era lo mejor que le había pasado, era feliz.

Ese día Only se despertó muy temprano, ¡era el primer día de clase de Ito! Era increíble que él estuviera más nervioso que su propio hijo. Fue hacia el rincón donde guardaba su comida y buscó la que los cuidadores le daban a Ito y la amontonó para que desayunara.

Él se comió un pescado y se acercó a Ito.

-        - Eh pequeñajo, despierta o llegarás tarde a tu primer día de cole- le susurró a su hijo - Venga dormilón.

-              -   Hay, no papá, tengo sueño – respondió Ito sin abrir los ojos y sin sacar la cabeza de debajo del ala.

-             -  Venga, levántate y desayuna.- insistió Only.

-             -  Vaaaale, ya voy.- respondió Ito.

El gansito se levantó y empezó a desayunar. Parecía preocupado, puede que fueran los nervios del primer día…

Only se le quedó mirando y se decidió a hablar con él:

-                -   ¿Qué te pasa Ito? ¿Estás bien?

-               -  Sí papá, estoy bien

-               -  Dime la verdad hijo, a ti te pasa algo – insistió Only - ¿Por qué estás triste?

-               -  Es por el cole- respondió Ito muy bajito.

-               -  No te preocupes, son los nervios del primer día – respondió Only

-              -  No es por eso, yo quiero ir al cole, pero los otros niños serán malos conmigo, soy diferente.

-             -  No pasa nada, no es malo ser diferente. Ahora acaba de comer y ve a clase con la cabeza bien alta. – animó a su hijo.


Ito acabó de desayunar y se fue al cole. Only se quedó en su recinto especial para pingüinos y gansos.

Estaba muy nervioso y deseaba que Ito volviera a casa para saber cómo había ido su primer día de cole.

Pasaron unas cuantas horas e Ito volvió a casa muy contento.

-              -  ¡Hola pequeño!, ¿Qué tal tu primer día de cole?

-             -   Muy bien papá, he hecho muchos amigos nuevos.

-              -   ¡Ah, qué bien! – Only se alegraba mucho – Y, ¿Qué habéis hecho?

-           -  Nos hemos reunido en el recinto de los pingüinos, y el Señor Pingu nos ha estado hablando de la Antártida y de ser un pingüino, luego nos ha dicho que los pingüinos no pueden volar y me ha cogido de  ejemplo para explicar las características que me lo permiten a mí. Luego nos hemos reunido en el recinto vacío que está al lado de los elefantes, con otros animales del zoo. ¿Sabes que hay un lagarto albino? Es todo blanco, completamente distinto a los otros lagartos. También hay uno que su papá es un tigre y su mamá una leona, le llaman Ligre. –Estaba tan contento que apenas se acordaba de respirar, y a Only se le iluminaba la cara de orgullo por ver lo contento que estaba su hijo.

-        -  Está bien, está bien, luego me sigues contando, ahora corre a dormir la siesta, que estarás muy cansado – le dijo su padre.

Ito se acurrucó en su cama para dormir una muy merecida siesta.

-             -  Ah papá, tengo un grupo de amigos, y hemos estado hablando de salir los sábados para dar vueltas por el zoo.-

-                -  Ah, muy bien, me alegro mucho que te haya ido tan bien el primer día.

-              -   Tenías razón papá, no es tan malo ser diferente. – le dijo a su padre antes de dormirse.




FIN

viernes, 14 de agosto de 2015

ONLY EL PINGÜINO ENCUENTRA UN HUEVO

Hace tiempo, en un pequeño zoo de una gran ciudad, se desató un gran barullo lleno de emoción e inquietud. ¡Habían llegado los camiones con los nuevos animales que iban a vivir allí!

Llegaron cebras, leones, tigres e incluso pingüinos, los cuales habían ido hasta la Antártida para recogerlos.

Cada camión se dirigió al recinto requerido: el de los leones se parecía a la sabana, todo de colores marrones y árboles secos donde resguardarse del sol; las cebras se encontraban en un prado verde con un pequeño riachuelo para beber; los tigres en un recinto cerrado rodeado por un gran estanque donde refrescarse y un gran muro para no escapar.

En el caso de los pingüinos, el camión se dirigió a una sala que parecía su hogar, todo era blanco y con temperaturas muy bajas, en invierno, se abría una pequeña trampilla que comunicaba con el exterior.

Las puertas del camión se abrieron y los pingüinos quedaron amontonados al fondo del remolque. Los operarios entraron y les hicieron salir. Poco a poco, todos entraron en su nueva casa, todos pegados a su pareja menos uno, al que le empezaron a llamar Only.

Only había perdido a su compañera cuando les capturaron, ella consiguió escapar, pero él no. Se pasaba los días quieto en un rincón, comía lo justo para mantenerse en pie, hasta que empezó a habituarse a ello; era duro, pero no tenía nada que hacer.

Cuando llegó el invierno decidió dar el gran paso, dejó de esconderse de sus compañeros y decidió salir con ellos cuando la trampilla se abrió.

La luz era muy intensa, mucho más que la de la sala en la que estaban y la temperatura no era tan baja como la de la Antártida, pero se estaba bien.

Al salir, Only no sólo se dio cuenta de ésto, sino que algo llamó su atención: una pequeña bola blanquecina que se parecía a un huevo. Se acercó poco a poco, ¡un huevo, y aún estaba calentito! Miró a un lado, miró al otro en busca de la madre, pero no dio con ella, así que, poco a poco, lo empujó con el pico hasta ponerlo sobre sus pies, debajo de su barriga.

- Aquí estará calentito- pensó, y sin más empezó a andar con cuidado para no romperlo.

Todos sus compañeros le miraban y cuchicheaban a sus espaldas:

- Se ha vuelto loco- decían- ¿Qué hace con ese huevo si no tiene mujer?

Only no les hizo caso, y a la hora de dormir, entró en el recinto y se acurrucó en su esquina, apartado de los demás pingüinos y sus críticas.

Para los demás pingüinos era muy raro que uno de sus compañeros incubara un huevo sin tener pareja y sin ser suyo, pero a él le daba igual, le pareció una idea genial el adoptarlo, los dos estaban solos y así ya no lo estarían más.

Pasaban los días y Only no se apartaba ni por un segundo del huevo, tenía que mantenerlo calentito para que el pequeño pudiera romper el cascarón.

Después de 27 días el huevo se empezó a mover, ¡el bebé estaba listo para salir! Only dio un grito de alegría y todos los demás pingüinos se acercaron para ver lo que sucedía.

Poco a poco el cascarón se fue rompiendo y salió una pequeña criatura.

- ¿Qué es eso?- preguntaban todos- ¡Eso no es un pingüino!

El pequeño que salió del huevo era un gansito, a la madre se le había escapado el huevo y Only lo había adoptado.

Cuando los cuidadores se dieron cuenta intentaron separarlos, porque pensaban que un macho soltero no podría hacerse cargo de un bebé y menos de otra especie. Les resultó una misión imposible, ya que Only se enfadaba con ellos cada vez que intentaban acercarse a su pequeño: ante todo era su hijo y tenía que defenderlo.  Así que tuvieron que arreglar una sala especial para los dos, con una temperatura media, para que pudieran estar juntos.

Se sentía orgulloso por ser padre soltero, y además por haber adoptado a una criatura de otra especie que había quedado sola.

El ganso nunca se separó de su padre, y aunque era evidente que era adoptado permaneció a su lado, sin importarle lo que dijeran los otros animales del zoo: Only era su padre, el único que se había preocupado por él y que le cuidaba, y no necesitaba más.

Nunca aprendió a ser un verdadero ganso, pero no fue ningún problema, estaba en su casa y con su familia, y eso era lo único que importaba. Se sentía un pingüino más.



FIN

domingo, 9 de agosto de 2015

LOCURA LITARARIA (Parte 2)

Ya lo tenía decidido, iba a emular al doctor de dicho libro, pero no pensaba saquear tumbas con sus cadáveres descompuestos. Me duché, me arreglé y salí de casa para buscar a aquéllas que se parecieran a mi amor, a mi delicada flor.

Poco a poco fui encontrando quienes encajaban con mis exigencias y las fue secuestrando y encerrando en la casa de veraneo que tenía mi amada. De una aprovecharía la cabeza, de otra el cuerpo, de otra los brazos y de la última las piernas; ya sólo me quedaba la cabeza.

Las mantenía vivas, no me interesaba matarlas nada más secuestrarlas, los cuerpos se descompondrían, y sólo con cuerpos frescos ella sería lo que un día fue.

Al final la encontré y la llevé con las demás, tuve suerte y aquella noche tuvo lugar una fuerte tormenta. Esa misma noche las maté y desmembré, quedándome sólo con lo que pensaba usar.

Ya lo tenía todo dispuesto, el puzzle de carne estaba terminado y pronto mi amada estaría de vuelta. Empezaron a caer rayos en la estructura que había montado cuando unas luces rojas y azules iluminaron el paisaje, la policía había dado conmigo.

Me esposaron y desconectaron mi creación, la cual juraría que funcionó, pues me pareció ver al cuerpo perfectamente idéntico al de mi hermoso amor moverse.

Ahora espero aquí, en esta celda, a que el tiempo acabe conmigo, pero la espera es inaguantable, el deseo de reencontrarme con ella es mayor que el miedo a morir. Ya no quiero esperar más, la perpetua no es el castigo que deseo, deseo la muerte, y esta noche la encontraré.



Cuando amaneció los guardias encontraron su cuerpo inerte en la cama, 
rodeado de un charco de sangre (se había cortado las venas con el borde 
de la cama) y una nota sobre el pecho “espérame, amada mía, pronto contigo 
me reuniré, nuestro amor será eterno y no nos separaremos nunca más”.




FIN

jueves, 6 de agosto de 2015

LOCURA LITERARIA (parte 1)

Era tan hermosa, y no sólo por fuera; siempre fue una mujer muy alegre, feliz, parecía que no tuviera problemas, y ante cualquier adversidad sonreía y decía “Ya pasará la mala racha”, con esa sonrisa burlona que la caracterizaba. ¡Cómo la amaba!

La conocí en la universidad, ambos estudiábamos filología inglesa y fue un flechazo. Quedé prendado cuando vi su larga y pelirroja melena, y cuando hablé con ella por primera vez supe que ella era para mí y yo para ella. Compartíamos los mismos gustos en comida, películas, incluso en el tema de autores, a ambos nos gustaba Poe, y amábamos a Mary Shelley; bueno, ella era a la inversa, amaba a Poe y le gustaba Mary Shelley.

Siempre me decía que Poe era su “amor platónico”, por el sentimiento que desprendían sus obras; yo, me limitaba a escuchar cómo me las leía en voz alta. Cierro los ojos y aún veo su sonrisa, en mi mente resuena su voz recitando de memoria el poema de “El Cuervo” con esa pasión y sentimiento que ella siempre le ponía.

Aún recuerdo el día en que recibí una llamada desde un número desconocido, era del hospital, me informaban que mi amada había ingresado en la UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva), en estado muy grave, después de un accidente de tráfico que redujo su coche a una lata de sardinas. Iba a visitarla el tiempo que me estaba permitido, hasta que una noche, a las 3 de la madrugada, llegó la llamada que rezaba no recibir: mi amor, mi princesa, mi adorada “Annabel Lee” había muerto.
Tras la trágica noticia mi vida no volvió a ser la misma; dejé las clases, apenas me relacionaba, y me pasaba los días leyendo las obras que “ella gustaba leer y que ya no leerá nunca más”. Perdí a todos los que me rodeaban, fui yo quien les aparté de mi vida de una patada, sólo tenía sus libros, el cojín que a ella le gustaba usar y mi existencia, mi mera y simple existencia.

Un día ordenado los libros di con uno de los míos; ya  había olvidado los libros que solía leer cuando ella vivía; el libro de “Frankenstein o el nuevo Prometeo”. Lo cogí con curiosidad, como si lo hubiese visto por primera vez y lo empecé a hojear como quien mira un libro en la tienda para asegurarse si comprarlo o no. Lo empecé a leer con la curiosidad de quien lo lee por primera vez. Durante un mes leí y releí esta obra, hasta que el dolor se fue mitigando ante la idea de recuperarla.
Al igual que el Dr Víctor Frankenstein, llegué a la conclusión de que la podría recuperar, pero para ello necesitaría cuerpos que se asimilaran al suyo, dado que ella fue incinerada. La Ciencia me decía que eso era imposible, pero el poder del amor me decía “¿por qué no?”.


Continuará….

miércoles, 5 de agosto de 2015

EL NONATO

Hace mucho tiempo vivía en una gran casa una joven que quedó encinta, siendo considerado, por aquel entonces, una deshonra al no estar casada. La joven ocultó su embarazo hasta que le fue imposible disimularlo, así que decidió llamar a una comadrona para que le sacara el feto. El proceso fue muy largo y doloroso, los gritos de la joven se oían por todo el pueblo.

Una vez realizada la operación, el cuerpecito del bebé fue arrojado a un pequeño riachuelo que lo condujo hasta una alcantarilla.

Los años pasaron y la joven empezó a olvidar lo ocurrido; se casó y tuvo dos hermosos hijos que crecieron felices en la enorme casa, hasta que una noche, tras una discusión con su madre, empezaron a oír ruidos extraños procedentes del baño. Los dos pequeño, de sólo 5 años decidieron explorar aquello. Al abrir la puerta del baño sólo vieron oscuridad.

La mañana siguiente apareció más luminosa que nunca, pero en esa casa se había sembrado la tragedia, el cuerpo de la mujer estaba tirado en el suelo del baño sobre un charco de sangre y el vientre rasgado; de los niños no se sabía nada. El marido fue acusado de asesinato, sin saber nada de lo ocurrido, y ejecutado. Los niños nunca fueron encontrados ni vivos ni muertos. Nadie sabe que es lo que ocurrió, pero la gente del lugar sabe que el marido no fue el culpable, el único culpable fue el hijo nonato, que volvió del más allá.


Se dice que su espíritu se convirtió en un ser vengativo, el cual busca familias con hijos, aprovechando el momento en el que la madre se haya enfadado con ellos para matarla y llevarse a los pequeños, consigo, a un lugar mejor.

PRESENTACIÓN

Hola a tod@s! Aquí podréis leer toda clase de historias y relatos cortos de cosecha propia. No seáis impacientes, la inspiración no llega tan rápido, pero haré todo lo posible para que podáis disfrutar de los relatos al leerlos tanto como los disfruto yo al crearlos.
Gracias por la visita y no olvidéis el compartir este blog ;-)