Anoche Ito se fue pronto a dormir con gran nerviosismo: esa
misma noche iba a pasarse por el zoo Papá Noel a dejar los regalos que traía
desde Laponia. Cuanto antes se fuera antes le traería los regalos; y…
¡POR FIN LLEGÓ EL DÍA DE NAVIDAD!
Ito se levantó de un salto y salió corriendo al salón para
buscar sus regalos. Miró al árbol y, debajo de éste, había un montón de
paquetes envueltos con bonitos papeles de muchos colores.
Al ver los regalos, Ito dio media vuelta y salió corriendo
hacia la cama de su padre:
- ¡Papá, papá, rápido, despierta papá!- gritaba y de un
salto subió a la cama de su padre- ¡Despierta papá, Papá Noel ha venido! ¡Rápido,
levanta, vamos a abrir los regalos!
Only abrió los ojos poco a poco y vio la sonrisa de su hijo.
Se levantó sin prisa y siguió a Ito, que corría y saltaba hacia el salón.
- ¡Mira papá cuantos regalos! ¡Vamos a abrirlos!
Ito abrió los regalos muy rápido; Papá Noel sabía muy bien
lo que necesitaba: un par de botas, una bufanda y un gorro nuevos. También le
trajo un trenecito de juguete y unos patines para el hielo, además de muchos
caramelos.
Only también tenía sus regalos, a él le había traído una
bufanda y un gorro a juego.
Ito se puso enseguida el gorro y la bufanda y cogió los
patines y el trenecito y salió al patio a jugar y ver qué otras cosas les había
traído a sus amigos pingüinos.
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